Villalonga

Un lugar en el paraíso

lunes, 28 de julio de 2008

azar

Algunas veces hace falta bien poco para que sentirnos felices.
Otras en cambio, nada es suficiente.
La felicidad es caprichosa, como todos los grandes sentimientos. Quizá no sean los gestos, si no las personas. No podemos elegir a quien queremos. Mucho menos a quien nos quiera, ni de qué forma, ni en qué medida, ni durante cuánto tiempo.
La ilusión es una niña inquieta que cambia a cada instante de columpio. Y yo me mareo si voy demasiado rápido. Tengo vértigo si me columpian muy alto.
Supongo que otra caída sólo dejará una cicatriz más en mis rodillas. Un pequeño recuerdo de algo que se olvidará.
El golpe duele, pero afortunadamente, esta vez, había metido tiritas en la mochila.

3 comentarios:

A las 30 jul 2008, 16:33:00 , Anonymous Anónimo ha dicho...

graciñas polas túas palabras, que pases un bo verán

 
A las 31 jul 2008, 2:11:00 , Blogger Ixmucane ha dicho...

Hola! Para comenzar gracias por tu comentario. tu no lo haces nada mal y este relato es... claro; no se miles de formas explicar el desamor y esta es rara a la vez que sorprendente.

 
A las 10 ago 2008, 20:14:00 , Blogger BERTA ha dicho...

Ahoa entendí tu comentario sobre tu mal día, y no por ser lunes; consuélate pensando que todos pasamos por lo mismo, que es una situación que se repite, que nadie merece más la pena que tú y, sobre todo, quien sea se lo pierde.
Sólo quédate con los buenos momentos que seguro se repetirán, y aprende de cada situación para que la herida cada vez sea menor.
Mucho ánimo, mi niña, y a por el día... Ya sabes, si una puerta se cierra se abre una ventana, más grande, más bonita y con vistas al mar...
Cuídate mucho

 

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