y eras tú
Bajo un toldo empapado, en un "prao" escondido cerca del mar, perdidos en una tarde lluviosa, disfrutando de buena compañía, regando las risas con una sidra fresca, de pronto un hilo de cobertura surge de la nada para poder escuchar tu voz desde el otro extremo del mundo, para volver mis ojos cristalinos con tu recuerdo, para hacer que mis risas se conviertan en una tierna sonrisa y el corazón se me salga por la boca. Las palabras justas para saber que tú sigues ahí y que, a pesar de todo, no me iré para cuando regreses.