Villalonga

Un lugar en el paraíso

miércoles, 28 de noviembre de 2007

niño triste

Pombo Azul
Estou triste.
Tenho tristeza en mim.
Tenho saudades dos dias verdes e alegres.
Escrevo sentado.
Numa escola triste.
A única alegria é este sol pintado.
Que deixou na parede,
Mas está velho,
Tem as suas pernas partidas,
A sua cara tapada [...]
Vejo as paredes do meu coraçao
Cheias de musgo.
Gosto da alegria mas nunca mais a encontrarei,
Fugiu na boca do nosso pombo azul.
Nao poderei fazer mais poemas,
Este e o último da minha vida.
Sinto que morro de tristeza.
Victor Barroca Moreira, 9 años.
Lisboa.
Este niño tiene su historia, larga, pero que merece la pena conocer, aunque sea vagamente. Este poema se lo dedica a su anterior maestra, que llegó a su colegio, en un barrio pobre de Lisboa, y con muy pocos recursos (económicos) se ganó el cariño, la confianza y el amor de todos sus alumnos, y de la que aprendieron todo aquello que no viene en los libros. Un día, tuvo que dejar el colegio y trasladarse a otro lugar. El pájaro y el sol de los que habla, son dibujos que ellos mismos pintaron en los muros del colegio con su maestra. Y el poema, será el último porque la nueva maestra es de las tradicionales y no les permite escribir poemas ni pintar en las paredes... ella les enseña tan sólo lo que dictan los cuadernos. Y también porque la tristeza llena todo su corazón, y como dice en el último verso, mejor que nadie, siente que muere.
Ojalá algún día, sepa ganarme todo ese amor de mis niños.

domingo, 11 de noviembre de 2007

afortunada

"Con su índice largo y descarnado como una aguja blanca, chorro de cielo entre la sombra gris, la abuela señalaba la luna y los luceros, o enhebraba en un mágico trazo las cuatro estrellas de la cruz del sur que eran entonces más brillantes. Y la noche se acurrucaba suave como un gato feliz en su regazo." Rolando Camozzi. Para empezar, se me ocurren dos tópicos para describir lo que siento: "me faltan palabras" y al mismo tiempo, "no tendría espacio suficiente" para describir cuánto me alegro de formar parte de su vida y ella de la mía. Soy consciente de la suerte que he tenido de poder contar con su presencia y espero poder seguir disfrutando de ella, de su comprensión (y su incomprensión), sus rarezas, sus gustos y sus manías, sus recetas ricas echas con mesura, sus mimos, sus riñas, sus enfados, su paciencia y su impaciencia, su forma de ver el mundo, sus consejos, sus abrazos, sus días buenos, sus confidencias, sus besos, sus días malos (que ojalá sean pocos), su manera de mirarnos, sus pequeños ojinos verdes, sus manos trabajadas, sus nanas a media noche, su sacrificio, su ayuda, su voz amiga, su sonrisa (nada hay que me emocione más que verla reír a carcajadas, en esa risa muda que me encanta), su amor, su cariño incondicional... y de tantas cosas más, que no me cabe en el corazón cuánto la quiero. Por todo lo que es para mí, por lo que significa tenerla a mi lado, y porque la veré pronto para celebrar su cumpleaños, este recuerdo es para LA ABUELA, porque es la mejor de este mundo, y de mil mundos que hubiese más. Pues eso, que la quiero.

viernes, 9 de noviembre de 2007

es lo que tienen l@s amig@s

- ¿Te cuento un secreto?
- Dime.
- A veces, me das miedo.
- ¿Yoooo??
- Sí, tú. Y tu capacidad para sacarme todo.
- Oye, que si no quieres no me cuentes nada.
- Pero si no hace falta que te lo cuente...
eso es lo que me da miedo.
Como si fuese transparente.
- Es que lo eres para mí.
- No te podría ocultar nada,
aunque quisiera. Cómo me conoces...
- Toma, y tú a mí.
- Mmmm, no sé, no sé. Contigo me siento
emocionalmente desnuda.
- Tu desnudez emocional me gusta
porque me dice que eres una persona buena,
y que mereces la pena.
- ...
- Si no, no estaría aquí, ni me preocuparía por tí...